Un problema que nos involucra a todos: La Volencia de Género

Este trabajo fue realizado con motivo de tratar uno de los temas más importantes en la actualidad argentina:

La Violencia de género. 
Mediante este blog buscamos informar acerca de ello a la población y de esta manera crear conciencia de este problema que ha causado efectos en muchas personas. La violencia es un problema social que llegó a ser naturalizado por muchas personas, entre ellas las que padecen esta violencia. Este problema merece un compromiso responsable de la población y del Estado, el cual, además de sancionar leyes y contener, debe crear políticas educativas y de promoción de los derechos .

La violencia comenzó siendo reconocida en los años 80’, pero se la conceptualiza  como “violencia familiar” o “intrafamiliar”. Luego  partir del año 1990 comenzaron crearse programas estatales de asistencia a la “violencia familiar” y se desarrollaron algunas políticas de prevención. A partir del año 2000 se pusieron en marcha políticas públicas orientadas a la prostitución infantil y la trata en niñas y adolescentes.

En la actualidad nos encontramos en una etapa de ampliación de la comprensión de la violencia de género, superando la sectorización de la década pasada y planteando la necesidad de intervenciones más complejas, que requieren abordajes interdisciplinarios e interinstitucionales.

Además, recientemente, en Junio de este año, se creó la Unidad de Registro, Sistematización, y Seguimiento de Femicidios Agravados por el Género. Éste se creó con el objetivo de contar con información estadística oficial y seria que refleje los alcances, la incidencia y la dinámica de los femicidios a lo largo de nuestro país y, para implementar políticas públicas que prevengan estos casos y garanticen el correcto cumplimiento de los derechos.

Es precisamente el camino a seguir, trabajar en la prevención para hacer posible el cambio cultural y social que consiga acabar con la violencia de género. Para ello, es necesario trabajar en el sistema educativo, en los servicios de salud y en los mensajes que difunden los medios de comunicación. Por supuesto, las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres también deben igualarse para que esto sea posible, pero sin un cambio de mentalidad, nunca podremos avanzar en el otro sentido.